sábado, 2 de mayo de 2009

EL SUJETO EN PSICOANÁLISIS Y LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS


Por: Juan Diego Lopera Echavarría


  • Para el psicoanálisis el sujeto no es una entidad primaria, homologable con el individuo o con un cuerpo humano, sino una construcción que cada infante (cachorro humano) debe llevar a cabo a partir de su encuentro con el significante, es decir, con la realidad humana constituida a partir de la existencia del lenguaje. Esta constitución subjetiva es concebida a menudo dentro del psicoanálisis como la instauración de la falta, de la dimensión de la carencia, de la cual, como privilegio ante los animales, sólo es consciente el ser humano.

  • Dicho en otros términos: el sujeto, gracias al lenguaje, puede no sólo saber sino también, conocer, esto es, saber que sabe, pero a la vez, por la misma condición de que puede conocer, saber que no sabe. Es así como se puede hablar de la existencia de un sujeto del inconsciente: un saber fundamental y con frecuencia determinante para el sujeto, pero al que éste no puede acceder sino a medias.

  • Existen formas de constitución psíquica, que resultan, como se ha dicho, del encuentro del infante con la realidad.

  • Estas formas son conocidas como estructuras clínicas, que, en el psicoanálisis, son básicamente tres: la neurosis, la perversión y la psicosis. Estas estructuras clínicas no son patologías, sino tres posibles formas de enfrentar la existencia (la realidad) que cada sujeto adopta de acuerdo a las combinaciones singulares de los factores causales de lo psíquico: lo biológico (individual y ambiental), lo discursivo (singular y cultural) y lo circunstancial (accidental y ocasional), sin olvidar"

  • Ahora bien, la adopción de una de estas estructuras está en íntima relación con la manera como un sujeto se relaciona con el saber, y más específicamente, con la posibilidad de saber sobre sí. En la neurosis, el sujeto decide saber sobre sí, pero reprime este saber; en la perversión, el sujeto sabe de sí y de la realidad, pero a la vez, desmiente este saber; en la psicosis, el sujeto se escinde o separa de las posibilidades del saber forcluyéndolo

  • . Como puede verse, lo esencial del sujeto para el psicoanálisis, aquello que lo constituye y que lo hace ser humano en cuanto tal, tiene que ver con la problemática del saber, con lo que los griegos, y en especial Sócrates señalaba acerca del malvado: aquel que es malo, lo es por ignorancia, mientras que quien es bueno y virtuoso, tiene sabiduría, una sabiduría paradójica, consistente en reconocer que, precisamente, se sabe que no se sabe."

viernes, 1 de mayo de 2009

BORGEANDO AL SUJETO DEL INCONCIENTE


BORGES Y YO

Al otro, a Borges, es a quien le ocurren las cosas. Yo camino por Buenos Aires y me demoro, acaso ya mecánicamente, para mirar el arco de un zaguán y la puerta cancel; de Borges tengo noticias por el correo y veo su nombre en una terna de profesores o en un diccionario biográfico. Me gustan los relojes de arena, los mapas, la tipografia del siglo xviii, las etimologias, el sabor del café y la prosa de Stevenson; el otro comparte esas preferencias, pero de un modo vanidoso que las convierte en atributos de un actor. Seria exagerado afirmar que nuestra relación es hostil; yo vivo, yo me dejo vivir, para que Borges pueda tramar su literatura y esa literatura me justifica. Nada me cuesta confesar que ha logrado ciertas paginas válidas, .pero esas paginas no me pueden salvar, quizá porque to bueno ya no es de nadie, ni siquiera del otro, sino del lenguaje o la tradición. Por to demás, yo estoy destinado a perderme, definitivamente, y sólo algún instante de mi podrá sobrevivir en el otro. Poco a poco voy cediéndole todo, aunque me consta su perversa costumbre de falsear y magnificar. Spinoza entendió que todas las cosas quieren perseverar en su ser; la piedra eternamente quiere ser pledra y el tigre un tigre. Yo he de quedar en Borges, no en mi (si es que alguien soy), pero me reconozco menos en sus libros que en muchos otros o que en el laborioso rasgueo de una guitarra. Hace años yo traté de librarme de él y pasé de las mitologias del arrabal a los juegos con el tiempo y con to infinito, pero esos juegos son de Borges ahora y tendré que idear otras cosas. Asi mi vida es una fuga y todo to pierdo y todo es del olvido, o del otro. No sé cuál de los dos escribe esta página.

VIDEO DE BORGES